Martos, Yupanqui, Tejada, Saldaña, Torres y Morillo (2022). Utilidad y consumo emotivo…
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que Samuelson y Noedhaus (2006) afirman
que la teoría moderna de la demanda se
alza sobre el “principio de utilidad ordinal”
donde con la aplicación solo de los
ordenamientos ordinales de preferencia, se
puede constituir sólidamente las
“propiedades generales de las curvas de la
demanda de mercado” (p.85) que implica
el perfil generalizado de un consumidor
racional y maximizador de utilidades. Por el
contrario el precio como indicador de
maximización de utilidades, en el
experimento, no muestra ser un indicador
de preferencia de los consumidores,
consiguientemente no les es útil como
indicador de referencia en sus decisiones,
para el experimento, el precio de S/14,00
evidenció una mayor utilidad (0,053
unidades), a pesar que el precio más bajo
presentado como factor externo al
producto fue de S/ 10,00, consiguiendo
este precio sólo una utilidad de 0,005
unidades, para los consumidores.
Los resultados sobre las utilidades halladas
enfocado en el comportamiento del
consumidor, se contraponen a la teoría
económica moderna, cimentada con los
aportes de la economía clásica, donde
Smith afirma pone de manifiesto que la
dinámica de las relaciones económicas es
propulsada por la individualidad y el
natural sentimiento egoísta de los seres
humanos con la procura de maximizar su
propio beneficio, dentro de una postura
humana individualista y egoísta. Para luego
levantarse con los aportes columnares de
la teoría economía neoclásica con la
postura de los pensadores (Jevons, 1871),
(Menger, 1871) y (Walras,1874) centrados
también en la decisión individual,
racionalidad y la maximización de utilidad.
Tal como lo reafirma (Hernández &
Montaner, 2003).
En este contexto teórico es que la ley de
Walras se contradice a los resultados del
experimento como evidencia empírica, ya
que los precios como ya se ha explicado no
tiene el comportamiento matemático
establecido por este reconocido
economista del siglo XIX vigente
practicado y defendió dentro de la
academia por muchos economistas, a la
fecha. Jevons con la teoría marginalista
expone magistralmente con arreglo formal
y ceñido a la matemática el análisis
marginal, y da a luz la teoría del consumo,
intercambio y distribución, donde muestra
la dinámica económica dentro de un
sistema lógico y racional; teoría
contradicha por el resultado del
experimento, pues muestra claramente a
un consumidor que no tiene un
comportamiento racional, como lo afirma
Jevons (Menger también aporta y respalda
la teoría marginalista), sino por el contrario
decide dentro de un marco de actuación
completamente emocional.
Muy lejos de la posición de la economía
actual sobre el comportamiento del
consumidor racional y maximizador al
asignar utilidad al producto, el
experimento expuso un comportamiento
emocional, lo que permite compartir con la
afirmación de Schiffman y Kanuk (2010) al
explicar el comportamiento del
consumidor en el momento de la
demanda, que el consumo emotivo,
(emocional o también denominado